viernes, 11 de febrero de 2011

Jutbah 11 Febrero de 2011 - El nacimiento del último profeta para la humanidad

Hoy es 8 del mes de Rabi'-ul-Awwal. El Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Allah sea con él, nació un día lunes, el día nueve del tercer mes del calendario lunar Rabi'-ul-Awwal en el año 571 DC.
Le pusieron por nombre Muhammad Ibn Abdallah. Era de una buena familia; su madre se llamaba Amina y su padre Abdallah Ibn Abdul Muttalib. Su Padre era comerciante y murió dos meses antes de que naciera su hijo.
Muhammad creció en la alta región de Taif. A la edad de cuatro años, regresó a La Meca y vivió los siguientes dos años con su madre Amina. Cuando tenía seis años, su madre y su sirviente lo llevaron a Medina para pasar un tiempo allí. Cuando regresaban a La Meca cruzando el desierto, su madre, Amina, falleció repentinamente. Una sirvienta lo llevó y lo entregó a su abuelo Abdul-Muttalib. Luego de dos años, éste también murió. Entonces su tío Abu Talib se hizo cargo de su crianza. Su tío pertenecía a la respetada tribu de Quraish. Muhammad no sabía leer ni escribir y así permaneció hasta el día de su muerte. Era elocuente en sus palabras, a la vez que veraz y sincero hasta en el más mínimo detalle.
Era completamente diferente de las personas entre las cuales nació. Jamás mintió. Era leal y hablaba cortésmente, y no empleaba nunca lenguaje obsceno o injurioso. Tenía una personalidad y modales encantadores, que cautivaban el corazón de los que le conocían. Comerció durante años, pero no hizo jamás una sola transacción ilegal o indigna. Toda su comunidad lo llamaba “Al-Amin” (el sincero y digno de confianza). Era modesto. Nació y se educó en un pueblo que consideraba la embriaguez y las apuestas como virtudes, pero él jamás bebió ni apostó. Su pueblo tenía costumbres brutales, pero él personificaba en sí mismo la cultura más sublime y la apariencia más refinada. Rodeado de gente cruel, tenía un corazón que desbordaba ternura. Ayudaba a la viuda y al huérfano, era hospitalario con los viajeros. No participaba en los combates entre tribus, y era el primero en llamar a la reconciliación. A pesar de haber sido educado en un pueblo idólatra, sostenía que nada era digno de adoración, salvo el Único y Verdadero Dios Creador. No se inclinó jamás ante un ídolo.
Durante su juventud Muhammad fue protegido por Dios y alejado del mal comportamiento. Cuando creció y fue un hombre maduro, la gente comenzó a admirarlo por su buen carácter, modales y virtudes. 
Muhammad siempre detestó la opresión, la decadencia social y la idolatría de su sociedad. La sociedad en la que vivió Muhammad no distaba mucho de nuestra sociedad actual.
Cada tribu reclamaba el poder y se consideraba independiente. La vida, la propiedad y el honor estaban constantemente amenazados. Las diferentes tribus guerreaban entre sí.
El asesinato y la rapiña eran cosas cotidianas. Por díscolas y estúpidas nociones de prestigio, solían enterrar vivas a sus hijas mujeres.
Los árabes de la época estaban impregnados de supersticiones. Era una comunidad en la que se adoraban diferentes deidades, ángeles, genios, el sol, los planetas y las estrellas. Creían que ellos mediaban ante Dios. Y por eso les rendían culto, les pedían intercesión y creían que tenían poder sobre distintos asuntos.
Practicaban la usura, solicitando intereses altísimos junto al pago del préstamo. El pago llegaba a ser tan cruel y duro para los deudores que los empobrecía más cada año. La usura se convirtió en una práctica tan normal que no se diferenciaba del comercio. Casi como si estuviéramos describiendo nuestros días.
Amar al Profeta Muhammad es parte de nuestra fe, y por eso Allah lo elogia repetidamente en el Corán:
“Los preceptos que os ha transmitido el Mensajero respétenlos, y absténganse de cuanto les haya prohibido” (59:7)
“Ni habla de acuerdo a sus pasiones. Él sólo trasmite lo que le ha sido revelado” (53:3-4)
“Diles: Si verdaderamente aman a Allah ¡Síganme! Que Allah los amará y perdonará sus pecados” (3:31)
“Hay un bello ejemplo en el Mensajero de Allah [de valor y firmeza en la fe] para quienes tienen esperanza en Allah, [y esperan ser recompensados] en el Día del Juicio” (33:21)
“Pero no, [Juro] por tu Señor que no tendrán fe a menos que te acepten como juez de sus disputas; y no se resistan a aceptar tu decisión y se sometan completamente” (4:65)
“Si discrepan acerca de un asunto remítanlo al juicio de Allah y del Mensajero” (4:59)
“Quien obedezca al Mensajero obedece a Allah” (4:80)
“Y tú [¡Oh, Muhammad!] guías al sendero recto” (42:52)
“Que aquellos que desobedezcan las órdenes del Mensajero de Allah [y rechacen su Mensaje] estén precavidos, no sea que les sobrevenga una desgracia o les azote un severo castigo” (24:63)
Allah dice sobre el Profeta Muhammad:
“Y éste es mi sendero recto, síganlo. Pero no sigan otros caminos, porque si lo hacen, éstos los dividirán y desviarán de Su camino. Esto es lo que les ha ordenado para que alcancen la piedad” (6: 153)
El profeta, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, dijo: “La palabra más veraz es el Libro de Allah y la mejor guía es la guía de Muhammad, y la peor de las cosas son aquellas que son las innovaciones”.
Entre las innovaciones reprensibles que las personas han inventado es la celebración del cumpleaños del Profeta (Al-Mawlid) en el mes del Rabi’ Al-Awwal.
Y dijo: “Quien innova algo en esta nuestro asunto (es decir, el Islam) que no es parte de él, le será rechazado”. (Bujari y Muslim)
Incumbe a todos los musulmanes revivir la Sunnah y desterrar la Bid’ah (innovación); y por eso no deben realizar actos de adoración hasta que se conozcan las pruebas en el Corán o la Sunnah que lo justifiquen.
Celebrar el cumpleaños del Profeta Muhammad es una innovación por las siguientes razones:
1 – No es parte de la Sunnah del Mensajero o de los califas que lo sucedieron. Como este es el caso, entonces, es una innovación prohibida porque el Profeta dijo: “Les urjo a seguir mi Sunnah y el sendero de los califas correctamente guiados después de mí, adhiéranse a eso y aférrense a ello firmemente. Guárdese de las cosas inventadas (en la religión), porque cada cosa inventada es una innovación (Bid’ah) y toda innovación es un desvío”. (Ahmad y Tirmidhi)
Los historiadores confirmaron en sus libros que la celebración del Mawlid es una práctica introducida por los gobernantes corruptos de la dinastía Fatimita, cuatro siglos después de la muerte del Profeta.
2 – Celebrar el cumpleaños del Profeta además, es una imitación de los cristianos que celebran el nacimiento del Mesías. Imitarlos es claramente ilícito. El Hadiz nos dice que está prohibido imitar las prácticas de otras religiones. El Profeta dijo: “Quien imita a un pueblo (en sus ritos de adoración) se convierte en uno de ellos”. (Ahmad y Abu Dawud).
3 – Celebrar el nacimiento del Profeta es llevar a la exageración y al exceso la veneración y el respeto debido, lo cual llega incluso al límite de invocarlo y buscar su ayuda y socorro, en lugar de invocar a Allah, como pasa entre muchos de los que observan la Bid’ah del Mawlid, ya que éstos invocan al Mensajero en lugar de Allah, y le piden socorro. El Profeta, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, prohibió exagerar al elogiarlo, cuando dijo: “No me alaben como los cristianos alababan al hijo de María. Porque yo soy solo un servidor, así que llámenme el siervo de Allah y su Mensajero”. (Bujari)
4 – Observar la innovación del cumpleaños del Profeta abre la puerta para otras clases de Bid’ah y ser distraídos por ello de la Sunnah. Por eso puede verse que los innovadores son muy activos cuando van a realizar una Bid’ah pero muy perezosos cuando tienen que realizar una Sunnah.
Algunos alegan que celebrar el Mawlid es una Bid’ah Hasanah (buena innovación) porque significa dar gracias a Allah por el Profeta, y honrar su nombre y misión.
Pero la respuesta a este argumento es que no hay nada bueno en una innovación. Ya que el Islam nos enseñó cómo agradecer a Allah por la guía y las enseñanzas del Profete y mencionar la honra que Muhammad merece: esta es desearle la paz y las bendiciones, seguir su ejemplo y aferrarse a su sunnah.
El Profeta, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, dijo: “Quien innove algo en esta nuestra materia (el Islam) lo que no es parte de él originalmente le será rechazado”. (Bujari)
Y dijo: “Toda innovación es un desvío”. (Ahmad y Tirmidhi)
La regla que se extrae de este Hadiz sobre las innovaciones es que todas son un mal camino, no existiendo por lo tanto el concepto de buena innovación.
Por lo tanto, lo que se debe en esta fecha es recordar al Profeta Muhammad tal como nos enseñara él mismo y tal como lo hicieran sus compañeros y rectos seguidores durante todos los siglos: Pedir a Allah la paz y las bendiciones sobre él, leer su biografía, aprender de sus enseñanzas, imitar su devoción, incrementar el amor por él en nuestros corazones, todos los días del año, y no sólo un día. Quedando fuera de todo contexto la realización de fiestas especiales, recordatorios en una fecha específica, simulando el festejo de un cumpleaños, o realizando actos de adoración especiales que no tienen asidero alguno ni en el Corán ni en la Sunnah. Siendo obligación de los musulmanes en general transmitir de buena manera y con palabras agradables esta enseñanza para erradicar de nuestra comunidad una innovación tan alejada del verdadero espíritu del Islam.
Y digo que se deben usar buenas palabras y sabia exhortación, porque los que practican esta innovación, a pesar de estar cometiendo un pecado y un desvío, no son peores que el Faraón, y tú, que divulgas las enseñanzas del Islam, no eres mejor que el profeta Moisés, a quien Allah le ordenó en el Corán:
“Te he elegido [para que seas uno de Mis Mensajeros]. Ve tú y tu hermano con Mis milagros, y no dejen de recordarme. Preséntense ante el Faraón, que se ha extralimitado y es un opresor, pero háblenle cortésmente, puede que así recapacite o tema a Allah y se arrepienta. Dijeron: “¡Señor nuestro! Tememos que nos reprima y se propase con nosotros”. Dijo [Allah]: “No teman, Yo estoy con vosotros escuchando y observando todo”. Vayan ante él y díganle: “Somos Mensajeros enviados por tu Señor para que dejes ir con nosotros a los Hijos de Israel, y no los tortures más. Hemos venido con un milagro de tu Señor, y quien sigue la guía estará a salvo”. (20:41-47)
¡Oh Allah! bendice a tu Profeta Muhammad. Allah haz que nuestra vida sea una expresión de nuestro amor por él, y concédenos morir siguiendo su guía y religión. ¡Oh Allah! concédenos la fortaleza para seguir su Sunnah y tradición, y regálanos su intercesión el día del Juicio, y concédenos estar junto a él con quienes Allah ha agraciado: los Profetas, los veraces, los que murieron dando testimonio de su fe y los justos. ¡Oh Allah! bendice al Islam y los musulmanes. Une nuestros corazones y concédenos unidad como nación y comunidad.